Qué son los centros de costes y cómo funcionan
La producción de bienes y servicios por parte de las empresas tiene una serie de costes que pueden ser tanto directos como indirectos, y que conviene tener bajo control para mejorar la rentabilidad del negocio. En este sentido, los centros de costes son especialmente importantes para conseguir que la gestión y asignación de recursos para la producción se haga de la forma más eficiente posible.
Contar con un centro de costes no es obligatorio, pero puede resultar de mucha utilidad para ganar eficiencia operativa.
A continuación, veremos qué son los centros de costes y cómo se gestionan dentro de una empresa.
Índice
Qué son los centros de costes
Los centros de costes son unidades organizativas que se integran dentro de la empresa y, aunque generan costes, no generan ingresos directos, porque no tienen una finalidad productiva.
Son los encargados de hacer un control de los gastos y aportar visibilidad sobre la eficiencia operativa del negocio, determinando cómo se están utilizando los recursos. Se tratan, por tanto, de herramientas estratégicas dentro de la gestión empresarial, que pueden ayudar a controlar los gastos de empresa y a hacer una asignación más eficaz de los recursos necesarios para la producción de bienes o la prestación de servicios.
En función de la empresa, puede haber un único centro encargado de la contabilidad de costes, o varios asignados a departamentos como el de producción, ventas y marketing, administración, transporte, logística, servicio al cliente, etc.
En todo caso, estos centros cuentan con su propio presupuesto y tienen un alto nivel de autonomía a la hora de gestionarlo.
Cómo se clasifican los centros de costes
La clasificación atiende a factores como su naturaleza y su función dentro de la organización. La más habitual es esta:
Centros de costes de producción
Supervisan los costes relacionados con la fabricación o producción de bienes. Incluyen áreas como las líneas de ensamblaje o la planta de fabricación, pero también otros costes asociados como la mano de obra, los materiales, los equipos y la energía utilizados.
Centros de costes de servicios
Se centran en actividades que, sin ser puramente productivas, sí son necesarias para que la empresa pueda llevar a cabo su actividad. Por ejemplo, el servicio de limpieza, el de mantenimiento, el equipo de Recursos Humanos, el de contabilidad, etc.
Se supervisa el coste de estos servicios tanto si son prestados por personal interno como si se ha recurrido a proveedores externos.
Centros de costes administrativos
Evalúan los costes de los departamentos que no están involucrados directamente en la producción, pero dan apoyo a la misma. Pueden ser el departamento de compras, el de administración o el de logística.
Centros de costes de ventas y compras
Gestionan las actividades relacionadas con la adquisición de productos o servicios y la venta de bienes o servicios, respectivamente.
El centro de costes de compras supervisa la adquisición de materias primas, suministros, componentes, etc. Sus responsabilidades pueden incluir desde la búsqueda de proveedores hasta la negociación de contratos y la gestión del stock.
El centro de ventas se enfoca en las actividades que están relacionadas con la venta de productos o servicios de la empresa a sus clientes. Su labor se extiende desde la gestión de las relaciones con los clientes hasta la elaboración de presupuestos y la facturación.
Centros de costes principales o auxiliares
Según el tipo de costes gestionados, los centros de costos pueden ser principales o auxiliares.
Los primeros gestionan los costes relacionados directamente con la fabricación de un producto o la prestación de un servicio.
Los segundos se centran en los costes indirectos como pueden ser la seguridad, el mantenimiento o la informática.
Cómo gestionar un centro de costes en tu empresa
Estar al tanto de la contabilidad analítica y de la contabilidad financiera es esencial en un negocio, porque se trata de información imprescindible para la toma de decisiones informadas. Un centro de costes puede ayudar a tener estos datos siempre disponibles y al día, pero requiere de una buena gestión para que sea realmente útil.
Estas son algunas buenas prácticas que debemos tener en cuenta a la hora de gestionar un centro de costes:
Definición de los objetivos
El primer paso es definir cuáles son los objetivos específicos y medibles para el centro de costes. Esto puede incluir desde la búsqueda y aplicación de medidas para reducir los costes hasta el aumento de la productividad.
Como es lógico, los objetivos del centro de costes siempre tienen que estar en sintonía con los objetivos generales de la empresa.
Establecimiento del presupuesto
Contar con un centro de costes implica una serie de gastos que la empresa va a tener que asumir. Para contar con mayor independencia, estos departamentos tienen asignado su propio presupuesto y suelen gestionarlo de manera autónoma.
A su vez, el centro de costos tiene que elaborar un presupuesto detallado para las áreas o actividades que va a evaluar, a fin de monitorizar regularmente el desempeño real y compararlo con el presupuesto para tomar medidas correctivas si es necesario.
Evaluación del desempeño
Con la finalidad de mejorar su eficacia, el centro de costes es evaluado de forma regular, para comprobar si está consiguiendo sus objetivos y realizar ajustes en su gestión en caso de no ser así.
Los centros de costes son muy útiles para garantizar una buena gestión de los recursos económicos del negocio. Para llevar una adecuado control de los gastos, puede ser muy últil utilizar una herramienta de control de gastos como la que te ofrecemos en Sabbatic.
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