¿Qué son las tarjetas corporativas y para qué sirven?

Viajes, comidas, materiales, suscripciones… Los pequeños gastos se acumulan y, si no se gestionan bien, se convierten en un problema. Por eso cada vez más empresas están incorporando tarjetas corporativas que permiten un mayor control y una mejor experiencia para los equipos.

A continuación veremos qué son las tarjetas corporativas, para qué se utilizan y cuáles son las ventajas de utilizarlas.

 

¿Qué son las tarjetas corporativas?

Las tarjetas corporativas son herramientas de pago que las empresas entregan a sus empleados para cubrir gastos relacionados con su actividad profesional. Son una alternativa a los clásicos adelantos o pagos de bolsillo, y permiten afrontar desde viajes y dietas hasta compras de material o suscripciones digitales.

A diferencia de las tarjetas personales, estas están vinculadas directamente a la empresa, lo que facilita la centralización del gasto, el control interno y, sobre todo, la trazabilidad. Pueden ser nominativas, compartidas por un equipo o incluso virtuales, pensadas para compras online o usos puntuales.

 

¿Para qué se utilizan las tarjetas corporativas?

Las tarjetas corporativas se utilizan para cubrir gastos profesionales que surgen en el día a día de cualquier empresa. Su objetivo es facilitar que los empleados puedan hacer pagos necesarios para el desarrollo de su trabajo sin tener que adelantar dinero de su bolsillo ni depender de procesos lentos de reembolso.

Algunos de los usos más habituales son:

  • Gastos de viaje: billetes de transporte, hoteles, taxis o dietas durante desplazamientos laborales.
  • Comidas de trabajo: ya sea con clientes, proveedores o durante eventos de empresa.
  • Material de oficina o tecnología: desde un ratón nuevo hasta una suscripción digital o incluso un portátil.
  • Gastos de representación: regalos corporativos, eventos, formaciones, etc.
  • Compras online: cada vez más frecuentes, sobre todo cuando se utilizan tarjetas virtuales.

Gracias a estas tarjetas, se agiliza la operativa del día a día, se gana en transparencia y se facilita la trazabilidad de cada gasto.

 

Ventajas de usar tarjetas corporativas

Usar tarjetas corporativas aporta muchas ventajas tanto para el equipo financiero como para los propios empleados:

  • Mayor control del gasto: puedes establecer límites por usuario, tipo de gasto o periodo.
  • Eliminan los adelantos: el empleado no tiene que pagar de su bolsillo ni pedir reembolsos.
  • Más transparencia: cada gasto queda registrado y vinculado a la persona que lo realiza.
  • Ahorro de tiempo: se reducen los tickets físicos, el papeleo y las hojas de gastos.
  • Mejor experiencia para el empleado: más autonomía y menos trámites.
  • Conciliación bancaria más ágil: los movimientos se cruzan fácilmente con los extractos.

Tipos de tarjetas corporativas

No todas las tarjetas corporativas son iguales. Según el uso que se les quiera dar o el perfil del empleado que las utilice, existen distintos tipos. Conocerlos es clave para elegir la opción más adecuada para cada caso.

Tipo de Tarjeta Tipo ¿Para qué se suele utilizar?
Tarjeta de Crédito Corporativa Nominativa Crédito
  • Para realizar compras y disponer de efectivo. Funciona como un préstamo con posibilidad de pago aplazado (puede tener intereses) o pago a fin de mes.
  • Se asigna a empleados concretos, de plena confianza, por la responsabilidad que exige.
Tarjeta de Débito Corporativa Débito
  • Para empresas que quieren evitar deudas y controlar el gasto al máximo.
  • Solo se usa el saldo disponible.
  • Ideal para compras pequeñas del día a día.
Tarjeta Prepago Corporativa Débito
    Muy útil en empresas con personal temporal o externo.
  • Se recarga con un importe fijo para evitar excesos./li>
Tarjeta Virtual Corporativa Crédito o Débito
  • Perfecta para pagos online o suscripciones.
  • Más segura y fácil de gestionar digitalmente.
  • Permite limitar el importe.
Tarjeta Compartida Crédito o Débito
  • Suele usarse en equipos como compras o almacenes.
  • La usan varias personas, aunque se pierde control individual del gasto.
  • Suelen tener límites establecidos.

 
Cada tipo de tarjeta tiene sus ventajas y es importante combinarlas con una política de uso clara y una herramienta de gestión que permita supervisar los gastos en tiempo real y automatizar su justificación.

Como acabamos de ver, las tarjetas corporativas son una herramienta clave para facilitar la gestión de gastos en la empresa. Bien utilizadas, aportan control, agilidad y transparencia.

 
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