Qué es una auditoría interna y cuál es su objetivo
El éxito de una empresa depende mucho de la calidad de su gestión, de que todos los procesos se lleven a cabo de forma legal, ética y de la manera más eficiente posible. Para determinar si esto se cumple, se recurre a la figura de la auditoría interna.
Esta es una actividad que agrega valor y mejora las operaciones de la empresa, a la vez que contribuye a mejorar la reputación de la marca, ya que los consumidores confían más en aquellas entidades que revisan sus procesos internos de manera recurrente.
A continuación veremos qué es una auditoria interna, cuál es su objetivo y qué pasos debemos seguir la realizarla de manera correcta.
Índice
Qué es una auditoría interna
Una auditoría interna es un proceso mediante el cual una organización evalúa y examina sus operaciones, procedimientos, sistemas y controles internos. Es una actividad independiente, porque no forma parte de los procesos de producción y gestión habituales del negocio.
Este proceso puede ser realizado por un departamento interno de auditoría o por auditores externos contratados por la organización. La auditoría interna ayuda a garantizar el cumplimiento de las políticas, normas y regulaciones aplicables, así como a promover la transparencia y la integridad dentro de la organización. Es una forma de ver si saber si todo está bien, pero también de detectar áreas de mejora y posibles riesgos, así como adoptar medidas que permitan mejorar la eficiencia dentro de la organización.
Cuál es el principal objetivo de una auditoría interna
El objetivo prioritario de una auditoria interna es dar cumplimiento a las funciones, actividades, responsabilidades y procesos que se han establecido en las políticas internas de la empresa. Verificando, a la vez, que la información que se maneja es confiable y supervisando que el sistema de control funciona adecuadamente.
Esta auditoría es un instrumento de control y de gestión de riesgos. Al examinar los procesos se detectan sus puntos débiles, se evalúan y se establecen medidas para disminuir la posibilidad de que se materialicen. O, como mínimo, para minimizar su impacto en caso de que lleguen a convertirse en una realidad.
Dado que las empresas operan en entornos dinámicos y las circunstancias que las rodean pueden cambiar rápidamente, las auditorías internas deben realizarse con cierta periodicidad. La idea es hacerlas una vez al año.
En el caso de una auditoría externa, en la que la labor de supervisión se deja en manos de agentes externos, el plazo depende de qué aspectos se vayan a evaluar. Por ejemplo, si es una auditoría de inspección y seguridad laboral, hay que llevarla a cabo cada cuatro años.
Qué responsabilidades tiene un auditor interno
El auditor interno es el responsable de llevar a cabo la auditoría interna. Puede ser cualquier miembro de la plantilla que esté calificado para ello, y tiene que actuar de forma independiente a la dirección del negocio y siempre con objetividad.
Su trabajo consiste en analizar los procesos y actividades, con base en los criterios que vienen determinados en una lista de verificación elaborada previamente.
Tras un examen en detalle de todos los sectores y áreas relevantes, elabora un informe que entregará a la dirección, y que será utilizado para promover la mejora y crecimiento de la empresa.
Entre sus responsabilidades podemos destacar:
- Elaborar el plan de auditoría.
- Programar las tareas de análisis y asignarlas al equipo auditor (si cuenta con él).
- Comunicar la realización de la auditoría a la alta dirección y a los empleados clave, para poder contar con su colaboración.
- Revisar los procesos críticos que están en su lista.
- Elaborar un informe.
- Emitir recomendaciones a la alta dirección, sobre la forma de tratar los riesgos detectados.
Cómo se realiza una auditoría interna
Llevar a cabo esta labor implica seguir un proceso metódico y bien estructurado. Los pasos esenciales a seguir son estos:
Planificación de la auditoría
Hay que establecer cuáles van a ser sus objetivos, designar al equipo encargado de esta labor, definir un cronograma de actuación, los procedimientos a seguir y los recursos que van a ser necesarios.
Recopilación de información
Los auditores tienen que revisar toda la documentación relevante y entrevistar al personal clave para ampliar la información que han obtenido a través de los documentos.
Evaluación de los controles internos y detección de riesgos
Se identifican los controles internos que ya están en marcha y se supervisa si están funcionando de forma correcta. Esto ayuda a identificar riesgos potenciales y a determinar la posibilidad de que se produzcan.
Auditoría financiera y operativa
Se supervisan tanto la contabilidad de la empresa como la eficacia y eficiencia de los procesos operativos y los controles asociados a estas actividades.
Informe de resultados
En último lugar, se elabora un informe que recoge las conclusiones de los análisis realizados, y se pone a disposición de la dirección. Es habitual que este documento incluya algunas sugerencias de mejora.
La auditoría interna debe ser siempre imparcial, objetiva y profesional. Si se realiza correctamente, puede ser muy útil para mejorar la gestión y la eficiencia de una organización. A la hora de realizar una auditoría interna, uno de los procesos clave a tener en cuenta es la realización de una auditoria de cuentas o financiera.
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